La Bestia
Vendido por cien pavos
asiento trasero mancado con mi vomito
colillas y papel
guardados en el fondo de la guantera.
El coche más grande de toda la calle.
¡Todo automático!
Dirección, ventanas, frenos.
El último en coches de paseo.
La envidia de los coches tuneados
babeando cuando pasen al lado.
“¡Oye tío!”
“¿Has visto aquel ______ Chevy?”
“¡Con un coche como ese,
tendría suerte todas las noches!”

Vendido por cien pavos
a un tío para piezas de repuesto
un tío que nunca pensó ni una vez
en sus días de gloria
paseando por Hollywood Bulevar.
aparcando en el cine de verano
con un cubo de pollo frito grasiento
y dos sies pack de cerveza
reclinado en su asiento trasero.
Ganó su apodo cuando pasó por encima
y destruyó el Triumph del jefe
sin rasguño excepto por un bollito
en el tubo de escape

El tipo de coche que esperarías ver
envolviendo un poste de la luz
o empotrado en una pared de ladrillos
por alguien abrumado por su potencia
pero no pudriéndose
en un pilón de coches
al sol de L.A.
viendido por recambios.

Tim McGarry